
A pesar de que la cartera del sistema financiero comienza lentamente a recuperarse, no ocurre lo mismo con su calidad. En febrero el indicador de calidad crediticia con castigos empeoró 0,94 puntos porcentuales (pp) frente al observado hace un año, ubicándose en 9,1 por ciento. Además, el Indicador de calidad tradicional sigue estable en 4,2 por ciento, similar al observado un año atrás.
Según la Asociación Bancaria, este comportamiento puede estar reflejando un rezago entre el mejoramiento de la calidad crediticia y la reactivación económica, tal como ocurrió en la crisis de finales de los noventa, cuando el crecimiento del PIB fue de -4,2 por ciento en 1999 y de 2,9 por ciento en 2000, al tiempo que la calidad de la cartera con castigos presentó un valor promedio de 17 por ciento y sólo empezó a mejorar hasta después del primer trimestre de 2001.
Sin embargo, aunque la calidad crediticia no mejora, el cubrimiento es cercano al 162 por ciento, lo cual refleja la capacidad que tienen las entidades para afrontar coyunturas difíciles. Además, es probable que parte de la cartera vencida se empiece a cancelar, pues de acuerdo con los resultados de las encuestas de opinión de Fedesarrollo y la Andi, los ingresos de la industria y el comercio vienen mejorando, gracias a la recuperación de las ventas y a la caída de las existencias.
Por otra parte, en el Reporte del Emisor de enero, la mayoría de los directivos consultados en la encuesta de expectativas (alrededor del 60 por ciento) cree que la evolución de la planta de personal se mantendrá estable durante 2010, con lo cual no se espera que el desempleo caiga. Debido a que esta variable tiene una fuerte asociación con la calidad de la cartera con castigos, resulta plausible que en 2010 este indicador no mejore sustancialmente.
Si bien no se evidencia una recuperación contundente en la calidad crediticia, en febrero de 2010 las provisiones representaron 125 por ciento de la cartera vencida, lo cual significó un incremento de 11 pp frente al cubrimiento observado hace un año. Lo anterior es saludable porque la última cifra de crecimiento del PIB confirma la recuperación de la economía, motivo por el cual no se espera que la calidad crediticia se deteriore y en cambio se mantengan los niveles de cubrimiento.
Cartera comercial
Asimismo, el indicador de calidad de la cartera comercial (ICC) presenta un aumento frente a los valores registrados el año anterior. En febrero, el ICC de la cartera comercial se ubicó en 2,92 por ciento, 47 puntos básicos, mayor que el observado al cierre del mismo mes de 2009. Adicionalmente, el crecimiento de la cartera vencida ha disminuido frente a los valores alcanzados el año anterior. Sin embargo, durante febrero se aceleró 0,7 puntos respecto de enero.
Por otra parte, la calidad de la cartera de consumo viene mejorando, de acuerdo al análisis de la Asobancaria. En febrero el ICC llegó a 6,9 por ciento, 1 punto por debajo del dato observado hace un año. La evolución de la calidad de este tipo de créditos obedece a la contracción que ha venido presentando la cartera vencida en los últimos seis meses y que en febrero fue del 11 por ciento. Finalmente, el cubrimiento de esta modalidad llegó a un 106 por ciento.
Sin lugar a dudas, en los primeros meses de este año, la cartera muestra síntomas de una lenta recuperación. En febrero de 2010 creció 1,14 por ciento real anual, con lo cual se logra tres meses consecutivos con variaciones positivas.
En forma desagregada, las mejores dinámicas se presentaron en el crédito de vivienda (sin titularizaciones) y el microcrédito, con incrementos de 8,3 por ciento y 17,6 por ciento real anual, respectivamente.
A pesar de que estas dos modalidades representan 11,2 por ciento de la cartera total, fueron las que contribuyeron en mayor medida al crecimiento de la cartera (1,09 puntos porcentuales), mientras que los de consumo y comercial lo hicieron 0,05 puntos.
El comportamiento observado en la cartera hipotecaria resulta consistente con los resultados de la Encuesta de Opinión del Consumidor (EOC) realizada por Fedesarrollo, la cual revela que durante los últimos tres meses las familias presentan una mayor disposición para comprar vivienda.
Este cambio de actitud responde a la política de subsidios a las tasas de interés para la adquisición de vivienda nueva adelantada por el gobierno, así como a la caída de 360 puntos básicos (pb) en las tasas de colocación de ésta modalidad.
En el caso de los microcréditos, el cambio en el límite de endeudamiento, las retransmisiones de algunas entidades y los nuevos bancos, afectaron “artificialmente” la dinámica de esta modalidad.
No obstante, el efecto de estas modificaciones se ha absorbido gradualmente y es probable que la ampliación del nivel de endeudamiento en los microcréditos continúe incidiendo en el futuro, así que el crecimiento de este segmento se debe esencialmente a dichas modificaciones.
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