sábado, 24 de abril de 2010

Congreso de EU no ratificará TLC bajo Gobierno de Uribe


El acuerdo fue firmado en el 2007, pero por presiones de los demócratas, el legislativo norteamericano fue disipando su aprobación.

Prácticamente en lo que resta de Gobierno del presidente Álvaro Uribe, el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos, no será ratificado por el Congreso norteamericano. Así lo comunicó el ministro de Comercio, Luís Guillermo Plata, en su visita oficial a Washington.

“Un TLC para el 7 de agosto es muy difícil”, afirmó con pesimismo Plata en la capital estadounidense, tras sostener reuniones con diferentes funcionarios del gobierno de Barack Obama y con congresistas.

”Nos vamos con un nivel de desconcierto”, señaló el ministro, al afirmar que tenía “expectativas más altas de este viaje” a Estados Unidos luego de declaraciones del propio Obama y de funcionarios de su gobierno en favor del TLC con Colombia.

“A menos de que haya voluntad política y sea de la Casa Blanca no creo que haya un TLC en los próximos 100 días”, hasta cuando Uribe deje el poder, dijo el ministro.

El TLC fue firmado por los gobiernos de Estados Unidos y Colombia en 2006, pero no fue ratificado por el Congreso norteamericano, donde la mayoría demócrata se mostró reticente.

Añadió que le preocupa que el Gobierno entrante no le dé al proyecto la prioridad que merece y termine cayendo en el desinterés que parecen evidenciar las autoridades norteamericanas en la iniciativa.

Para Plata es un tema trascendental para el desarrollo económico del país en el próximo cuatrienio, y de ahí el interés que deberían tener los electores en éste.
Sobre esta situación, el sector empresarial colombiano rechazó de plazo la dilatación del TLC. El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, sostuvo que “los demócratas no han tenido la voluntad necesaria para ratificar en el Congreso el TLC y usaron como pretextos situaciones que Colombia ha ido corrigiendo”.

Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Guillermo Botero, atribuyó la demora en la ratificación del acuerdo a los constantes enfrentamientos entre los legisladores demócratas y republicanos en el seno del Congreso estadounidense.

Las negociaciones del TLC comenzaron en febrero de 2004, con la previsión de que durarían poco más de un año. En realidad, el acuerdo se cerró en 2006 y sólo pudo firmarse después de las elecciones de mitaca en los Estados Unidos.

Según el investigador, Mauricio Pérez Salazar, la extensión de las negociaciones se debió a un esfuerzo de último momento de Colombia para obtener mejores condiciones para sus importaciones y exportaciones agropecuarias. Estas fueron bloqueadas por, entre otros, el Senador Charles Grassley, entonces presidente del Comité de Finanzas. En este campo, lo logrado por Colombia fue especialmente pobre: no sólo tuvo que renunciar a las franjas que sirven para estabilizar los precios de granos, oleaginosas y algunos productos animales, sino que no pudo conseguir concesiones significativas para frutas y verduras frescas (para estas, las principales barreras al comercio son las restricciones fitosanitarias).

Indica el estudio de Pérez Salazar sobre las consecuencias del Gobierno de Barack Obama para Colombia, que los demócratas del Congreso habían enviado señales a Bogotá de que el acuerdo no se podía firmar como se había negociado, por cuanto sus condiciones no les resultaban aceptables. Sólo en mayo de 2007 se llegó a un acuerdo bipartidista sobre el tema que contemplaba, entre otras condiciones, mayores compromisos en materia ambiental y laboral.

Explica el investigador, que algunos aducen que la congelación del acuerdo haría daño a Colombia, pues se pierde o difiere un incentivo para la inversión en el país. Sin embargo este argumento no tiene en cuenta el hecho de que el país tuvo una bonanza de ingresos de capitales extranjeros entre 2005 y 2009, sin un Acuerdo de Libre Comercio vigente y gracias a la excepcional liquidez de los mercados internacionales de capital.

Con o sin este acuerdo, es probable que la crisis financiera global inhiba futuros flujos de capital hacia Colombia por algún tiempo. Un estudio reciente del Institute of International Finance estima que los flujos netos de capital privado a los mercados emergentes durante 2009 cayeron en 65 por ciento respecto del año anterior –y con relación a 2007 la reducción será del 82 por ciento.


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