
Lo que tanto había negado, finalmente fue confirmado ayer por el Gobierno: a partir del 20 de julio el Ejecutivo presentará al Congreso de la República un nuevo proyecto de reforma tributaria -o ajuste tributario- que le representará recursos por 8,4 billones de pesos al erario público.
La confirmación la hizo el ministro de Hacienda Oscar Iván Zuluaga, al exponer en el Congreso que celebran en Cartagena los banqueros, lo que será el eje principal de la reforma, o ajuste como lo denomina el Gobierno.
Como ya lo habíamos anticipado, el proyecto contempla cuatro puntos básicos que son el impuesto al patrimonio, las exenciones al impuesto de renta, impedir los dobles beneficios de rebajas tributarias, sobre todo para las zonas francas, e impulsar los alivios que les otorgan a las empresas que le dan oportunidad a los trabajadores del SENA, como una medida para incrementar el empleo.
El jefe de la cartera de Hacienda precisó que el paquetazo tributario está dirigido a recolectar mayores recursos mediante el impuesto de guerra o al patrimonio, que se extenderá durante cuatro años más a partir del 2011. Zuluaga afirmó que este tributo “será temporal”.
En este rubro, el Gobierno contempla que patrimonios entre 2.000 millones y 3.000 millones de pesos pagarán una tarifa de 0.4 por ciento, mientras que los superiores a los 3.000 millones de pesos cancelarán 0,6 por ciento. Con ello obtendrá alrededor de 1,3 billones de pesos al año, es decir 5,2 billones mientras permanece este tributo.
La base para el pago del nuevo impuesto al patrimonio será sobre 9.200 contribuyentes que presentan patrimonios superiores a los 2.000 millones de pesos, según las cifras reveladas por la Dian.
Asimismo, la nueva reforma tributaria contempla que las empresas en zonas francas no podrán tener doble beneficio tributario, como el caso de la carga impositiva para los activos productivos que bajará de 40 por ciento a 30 por ciento, y con los que el Gobierno espera conseguir 800.000 millones de pesos al año.
Respaldo de banqueros
El gremio de los banqueros respaldó el contenido y propósito de la reforma tributaria, pero manifestó su preocupación por la oportunidad o conveniencia actual de las medidas que planteó el presidente Álvaro Uribe Vélez.
Considera que la crisis de la economía colombiana todavía no ha tocado fondo y que el ajuste tributario podría eventualmente afectar la demanda y las posibilidades de recuperación del Producto Interno Bruto (PIB).
La posición gremial frente al proyecto fiscal, fue expuesta por la presidenta de la Asobancaria María Mercedes Cuellar en la Convención Bancaria que adelantan en Cartagena.
“El debate es cuál es el momento para hacer la reforma tributaria. Ahora o cuando no se tengan problemas de demanda. La oportunidad de las decisiones será clave hacia adelante”, señaló la ex codirectora del Banco de la República.
“Creo que se debe estudiar muy cuidadosamente los indicadores para saber si una reforma tributaria no afectará la demanda interna”, agregó la dirigente gremial.
No obstante dijo estar de acuerdo con las medidas de ajuste tributario anticipadas por el presidente Álvaro Uribe en lo que tiene que ver con la reducción de las gabelas tributarias y los contratos de estabilidad jurídica.
“A mí los puntos que ha señalado el presidente Uribe me parecen esenciales, sobre todo en el caso de la concurrencia de exenciones tributarias y estabilidad jurídica. Yo creo que eso hay que hacerlo. Lo que pasa es que cuando se va al Congreso con una reforma tributaria, se entra con una cosa y se sale con otra. Estamos en año electoral”, indicó. La Asobancaria insistió nuevamente en el desmonte del tributo del 4x1000 porque, en opinión de los banqueros, es antitécnico e inconveniente y para la bancarización y el crecimiento.
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