
“Ese margen del déficit permite al Gobierno un manejo de las finanzas amplio porque puede extenderlo hasta un límite cercano al 6 por ciento para poder reactivar la economía o por lo menos frenar la desaceleración del crecimiento. Ese es un manejo que lo puede hacer sin tener complicaciones de un menor déficit que es como freno de seguridad que no permite inyectar liquidez a los mercados”, sostuvo el analista Bernardo Ramírez.
A lo largo del 2008, los gastos fueron de 86,1 billones de pesos, mientras los recaudos fueron de 75 billones de pesos. Sin embargo, estos resultados implican un menor déficit frente al estimado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2008 (MFMP 2008), en el cual se proyectaba un balance fiscal del GNC de 2,6 por ciento del PIB para el año anterior, y un déficit a financiar de 2,9 por ciento del PIB.
Durante 2008, el recaudo tributario continuó siendo la principal fuente de recursos, al participar con el 85,7 por ciento en el total de los ingresos del GNC, seguido por los ingresos de fondos especiales que corresponden al 12,2 por ciento del total de los recursos. Así, el recaudo tributario se ubicó 0,5 puntos porcentuales del PIB por debajo de lo estimado, como consecuencia principalmente de dos factores.
Renta e IVA
El primer factor estuvo asociado con la mayor desaceleración de la actividad económica interna frente a lo inicialmente proyectado. Esta desaceleración fue particularmente más marcada en el segundo semestre del año. Ello afectó el recaudo por impuesto de renta e IVA.
Por otra parte, en los primeros meses del año se registró una fuerte revaluación que influyó negativamente sobre el recaudo de impuestos externos. Sin embargo, el mejor desempeño de los ingresos de capital que alcanzaron 9.1 billones de pesos (1,9 por ciento del PIB), con respecto a lo inicialmente proyectado en 7 billones de pesos, es decir 1,5 por ciento del PIB, compensó el resultado anterior.
Por su parte, el gasto del GNC en 2008 fue inferior en 0,1 puntos porcentuales del PIB en relación con el estimado por el Ejecutivo. De esta manera, el gasto total ascendió a 86,1 billones de pesos (18,1 por ciento del PIB), frente a 86,9 billones de pesos (18,2 por ciento del PIB) estimado inicialmente. Este mejor resultado obedeció a menores gastos de funcionamiento, especialmente por concepto de transferencias, los cuales no alcanzaron a ser compensados por los mayores gastos de intereses y de inversión.
Del total de gastos, el 54 por ciento correspondió a transferencias, 18 por ciento estuvo asociado al pago de intereses de deuda (internos y externos), 12 por ciento se destinó a inversión, 11 por ciento al gasto por servicios personales, 4 por ciento a gastos generales y el restante correspondió al préstamo neto.
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