viernes, 24 de julio de 2009

Ni el Gobierno ni el Emisor logran detener revaluación


La caída del dólar ya está desbordando todos los pronósticos del mercado cambiario y empieza a afectar al sector caficultor.

Si el Gobierno quiere frenar la revaluación del peso, tendrá que tomar medidas urgentes y no esperar las subastas en dólares del Banco de la República. Así señalaron varios intermediarios del mercado financiero, al apreciar cómo el comportamiento de la tasa de cambio sigue sin freno rumbo al despeñadero. Al cierre de la jornada de ayer el mercado de divisas registró una tasa promedio para el dólar de 1.952,70 pesos, lo que significa una depreciación de 22,35 pesos frente al promedio del martes. Así mismo, la moneda marcó un precio máximo de 1.970 pesos, un mínimo de 1.947,05 pesos y un cierre de 1.954 pesos. Durante la jornada se negociaron 1.250,95 millones de dólares en 1.821 operaciones, y la volatilidad en el precio de la moneda fue de 22,95 pesos.

“Ese comportamiento se presenta por razones externas pero también por la falta de medidas internas por parte del Gobierno, como realizar una intervención o establecer unos certificados de reembolso para los exportadores. De todos modos, la revaluación del peso puede llegar a niveles insospechados, lo que afectaría mucho más a los empresarios que se dedican a la exportación”, señaló Camilo Castañeda de la firma Desvalores.

Por su parte, Daniel Lozano de Profesionales de Bolsa indica que “el tipo de cambio sigue respondiendo a la recuperación de los precios de los activos de riesgo y al comportamiento general del dólar en los mercados internacionales. Luego de varias jornadas al alza, los mercados internacionales empiezan a dar señales de confusión, con valorizaciones en horas de la mañana y correcciones durante la jornada”.

Estas condiciones naturalmente contuvieron los movimientos bruscos en el tipo de cambio sosteniendo un sesgo vendedor durante la mayor parte de la jornada.
Aparte de esta situación, ayer los exportadores mostraron su desespero por la revaluación y le pidieron al Gobierno y al Banco de la República tomar medidas para apaciguar esta situación.

Para llamar la atención de las autoridades, el presidente de la Federación Nacional de Cafeteros Gabriel Silva Luján envió una carta a las autoridades monetarias, señalando “su extrema preocupación por el comportamiento de la tasa de cambio y su impacto sobre el desempeño del sector cafetero y la reactivación de la economía nacional”.

Indica el directivo que la significativa revaluación del peso colombiano experimentada durante los últimos meses, representa una clara amenaza para el sector exportador y la actividad productiva del país con consecuencias importantes en el nivel de desempleo y el crecimiento.

Silva sostiene que “en el sector cafetero, el comportamiento de la tasa de cambio ha provocado un deterioro significativo del ingreso esperado durante 2009. Valga la pena recordar, que el fortalecimiento del ingreso derivado de una actividad en la que se desempeñan más de 500 mil familias y se generan 700 mil empleos directos, es un instrumento esencial para la reactivación de la demanda interna y la recuperación económica”.

De allí que los cafeteros insistan en que es necesario aprovechar el exitoso manejo que tanto el Banco como el Gobierno Nacional han dado a la inflación, para implementar una política prudente cuyo objetivo sea la acumulación de reservas internacionales. Con ello, se estarían alcanzando múltiples objetivos entre los que se cuentan: Reducir la vulnerabilidad del país ante choques externos, defender el sector exportador y apoyar por la vía cambiaria y monetaria, la recuperación económica.

Sin embargo, como ya ha insistido este Diario en anteriores informes, varios interrogantes surgen alrededor de la formación de precios del tipo de cambio. En principio, el reciente descenso más que obedecer a la afluencia de capitales, responde de manera directa a las monetizaciones de empresas como Ecopetrol y la recuperación de los mercados externos. La pregunta ahora es si la EPM monetizará la colocación de bonos externos (o si ya lo hizo) y si los mercados externos extenderán las valorizaciones.

En los últimos 3 años, el tipo de cambio ha sido la variable con mayor dificultad de predicción. Esto es comprensible si se tiene presente que en 2006 el dólar osciló en un rango entre 2.658 y 2.223 pesos, en 2007 lo hizo entre 2.273 y 1.870 pesos en tanto que en 2008 fluctuó entre 2.424 y 1.633 pesos.


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