
Según el dirigente gremial, esta tendencia se debe básicamente a que el poder adquisitivo de las familias colombianas en general no da para hacer grandes compras y por ello prefieren comprar al menudeo, además que la mayoría de tiendas pequeñas dan crédito a sus clientes y recalcó que “ese es un factor muy importante porque las personas no siempre tiene la plata”.
Así mismo, Botero dijo que un factor determinante para que se eleven las ventas en las pequeñas tiendas, es que el volumen de compra es inferior, es decir, que en los establecimientos de barrio se puede comprar en pequeñas cantidades, mientras que las grandes superficies “no tienen las condiciones para manejar tan pequeñas cantidades”, y por último, la personalización en el servicio es un factor de gran incidencia.
“Las tiendas continúan dándole en las muelas a los supermercados con dos sistemitas sumamente sencillos: cuaderno para el crédito, y en segundo lugar, un tendero conoce al 75 por ciento de su clientela con nombre y apellido. Cifra similar a la de la Argentina”, aseguró Botero.
Frente a esto, Rosalba García, ama de casa, dijo a este Diario que “no hay nada como las tiendas. Allí uno puede llevar la cantidad que necesita y no lo que los supermercados quieren vender”.
Por su parte, Alexis Giraldo, propietario de la tienda “Mi placita”, aseguró que “es muy importante atender bien a las personas; cuando una persona que ya es cliente fijo y de pronto no tiene ese día para comprar, yo le fío, de esa forma he fidelizado muchos clientes. Además uno entiende que la situación no es fácil para nadie y todos tenemos que comer”.
Algunos compradores aseguran que los altos precios de los alimentos ponen en apuros a muchas familias y que por esto les es imposible ir a mercar a un hípermercado. Del mismo modo, Flor María Rodríguez, ama de casa, explicó que “así los supermercados hagan promociones, ofertas y descuentos, la plata no alcanza; además, casi siempre las ofertas las hacen con más de dos productos y realmente, por más que sea ofértale, el dinero no rinde. Comprar en una tienda es mucho más rápido que ir a un supermercado, no hay que hacer filas, no hay que pagar transporte, los productos son más frescos y se puede llevar en pequeñas cantidades”.
Por otro lado, Giraldo aclaró que “por el sistema de crédito que manejamos, a veces la gente nos queda mal y nos vemos afectados, aunque la mayoría de las veces la gente cumple, y es que de igual forma no es que tengamos muchas opciones por que igual si no fiamos y la gente no tiene plata para comprar, pues el negocio muy seguramente quebraría”.
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