
El comportamiento al alza del Índice de Precios al Consumidor –IPC- para enero de ese año, acabó por completo con la época de vacas gordas que hasta diciembre del 2009 cobijaba a la canasta familiar de los colombianos. El incremento de 0,69 por ciento en el primer mes del 2010 marca la pauta que sin duda va a afectar el costo de vida de la población, ya que de entrada se tragó 23 por ciento de la meta promedio anual estimada por el Banco de la República, de 3 por ciento.
La cifra demuestra que el bolsillo de los ciudadanos ya está recibiendo el impacto de los incrementos en servicios públicos, transporte, educación, salud y, desde luego, los alimentos, cuyos precios se han incrementado sustancialmente por culpa del fenómeno de El Niño, sobre todo de productos básicos como la papa, los tubérculos y la carne.
Según el analista de la Universidad Nacional Bernardo Ramírez, “si los colombianos no aprovecharon para obtener los beneficios el año pasado cuando la inflación se desplomó, este año va a ser complicado ya que como lo está señalando el mes de enero, a lo largo del 2010 habrá un aumento del IPC. Esto marca un rompimiento con los precios bajos y de ahora en adelante se presumen alzas sucesivas en todos los componentes de la canasta familiar”.
De hecho, en la última encuesta realizada por la Bolsa de Valores de Colombia y Fedesarrollo, 97 por ciento de los administradores consultados esperan que la inflación aumente, mientras sólo 3 por ciento cree que se mantendrá estable a lo largo del año.
Tendencia anual
Esta opinión la confirma el incremento de la inflación anual que pasó de 2 por ciento en diciembre pasado a 2,10 por ciento. Indica el consultor Jorge Rodríguez que “en el mes reportado por la entidad investigadora, 4 de los 9 grupos que componen el IPC registraron variaciones superiores al promedio mensual del índice total: transporte (1.44 por ciento), salud (1.05 por ciento), alimentos (0.91 por ciento) y otros gastos (0.71 por ciento)”.
Los mayores aportes a la variación mensual del IPC se ubicaron en los grupos de alimentos, transporte y vivienda, los cuales aportaron 0.59 puntos porcentuales a la variación total. Dentro del grupo de los alimentos fueron los subgrupos de tubérculos y plátanos y de comidas fuera del hogar los que más aportaron, con 0.12 y 0.11 puntos porcentuales.
En el grupo de transporte los mayores aumentos correspondieron al transporte público, que aportó 0.22 puntos porcentuales a la variación total del índice. Finalmente, en el grupo de vivienda el arrendamiento y el gas aportaron en conjunto 0.10 puntos a la variación total de precios.
En enero, los bienes regulados experimentaron un aumento de 1.73 por ciento, debido al crecimiento observado en los subgrupos relacionados con transporte. Esta tasa es superior en 1.31pp a la registrada en enero de 2009 y superior en 1,04 puntos al IPC total (0,69 por ciento) de enero de 2010. Por su parte, los bienes transables se mantuvieron prácticamente inalterados (0.06 por ciento) y los no transables aumentaron 0.49 por ciento. Las variaciones doce meses fueron 3.92 por ciento, 1.20 por ciento y 4.40 por ciento, respectivamente.
Respecto a las medidas de inflación básica, la inflación doce meses sin alimentos presentó un incremento de 23pb hasta ubicarse en 3.14 por ciento, mientras que la inflación sin alimentos ni regulados continuó presentando una tendencia decreciente hasta ubicarse en 2.93 por ciento, niveles históricamente bajos, lo que reforzaría el argumento a favor de mantener estables las tasas de interés de política monetaria por parte del Banco de la República.
Asimismo, señalan los analistas, se debe mencionar que el índice de difusión de incrementos en precios, que resulta de calcular el porcentaje de bienes de la canasta del IPC que presentaron variaciones mensuales positivas, alcanzó un valor de 72.4 por ciento en enero, después de haberse ubicado en 53.0 por ciento en el mes anterior.
Como a inicios de año, los analistas del Bancolombia señalaron que se prevén choques transitorios pero pronunciados en los precios de los alimentos. Esta situación será por las disminuciones en la oferta, como respuesta a las sequías y heladas que afectan los cultivos a lo largo del territorio nacional. Adicionalmente, este escenario supone una mayor reactivación económica, y captura el hecho de que los alimentos empezaron a mostrar una tendencia positiva en sus precios desde diciembre de 2009.
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