
Una mayor eficiencia en el manejo de los recursos y una adecuada política en la cultura del ahorro, le darán al país un mayor desarrollo económico. Así lo propusieron varios analistas, al realizar una revisión del actual sistema tributario, lo que se está haciendo para reducir el hueco fiscal y las medidas que consideran son obstáculos para un mayor dinamismo en el recaudo en los impuestos.
En el marco de las jornadas latinoamericanas de Derecho Tributario, el ex ministro de Hacienda Guillermo Perry Rubio propuso una nueva agenda tributaria y fiscal, teniendo en cuenta el actual panorama económico nacional que hasta el momento ha servido para sobrellevar de la mejor manera la crisis financiera global.
Partiendo del objetivo de alcanzar la equidad y la progresividad, Perry piensa que el sistema tributario actual es complicado e ineficiente, afirmando que falta un verdadero manejo fiscal, ya que no existe una cultura del ahorro. No obstante considera que las autoridades económicas han hecho avances en la política monetaria y cambiaria a la altura de naciones desarrolladas, lo cual es positivo para una nación como la nuestra.
El ex ministro cree que la aplicación de una política tributaria y fiscal debe estar dada a través de medidas como financiar los bienes públicos que tiene una sociedad, entendidos como la infraestructura, carreteras, centros de salud, entre otros, así como a mitigar los ciclos económicos negativos y evitar que el sector fiscal sea el único que solucione las crisis.
Para el consultor de Gesvalores Gerardo Rojas, “el Gobierno tiene ahora una oportunidad de oro para enderezar el rumbo de las finanzas y realizar un manejo responsable, impulsando la generación de ahorro; lo que pasa es que está concentrado en otros menesteres, como lo son la defensa de la Emergencia Social y la reelección presidencial, temas que no dejan ver la claridad fiscal del país”.
La inversión
Sin embargo, el ex ministro Perry expone como una de las medidas que se deben tener en cuenta, “no gravar mucho la inversión extranjera y sobre todo no distorsionar el funcionamiento del mercado. Se debe establecer el pago equitativo de los impuestos para todas las empresas y eliminar los beneficios injustificados que se han establecido para algunas de ellas”.
Agrega Perry que asimismo no deberían gravar los salarios, ya que Colombia es el país que paga los parafiscales más altos en la región, afectando el empleo formal, llevando a la mayor tasa de desocupación de la región, así como a los mayores índices de trabajo informal. También propone la simplificación del impuesto al IVA y el de la Renta.
Dentro de ese mismo contexto, el ex ministro sostuvo que deben ser eliminados los impuestos a las transacciones financieras, gravar menos las exportaciones, reorganizar el cobro del IVA ya que existen diferentes porcentajes para diversos rubros que se puede simplificar y combatir el cambio permanente de las normas tributarias.
En cuanto a las actuales medidas tributarias, está en desacuerdo con el impuesto al patrimonio para las empresas y considera que se les debe brindar un mejor trato porque por los problemas propios, como la caída de las exportaciones, especialmente con las naciones vecinas, así como con los países fuertemente afectados con la crisis económica mundial, han visto lesionados sus ingresos y la alta tributación ahonda más la difícil situación que afrontan.
De igual manera, defiende el uso de impuestos con fines extra fiscales como los de consumo de alcohol y cigarrillos ya que, en su concepto, los fumadores y bebedores en exceso deben retribuir el daño que ocasionan a la sociedad, pues precisamente están afectando no sólo su salud sino la sostenibilidad financiera del sistema de salud global.
Por otra parte se refirió al comportamiento de América Latina frente a la crisis económica mundial del año anterior donde, en su criterio, la crisis no afectó la situación económica de los países a diferencia de otras épocas, donde las consecuencias eran muy negativas para las economías latinoamericanas.
En la crisis mundial del 2009, América Latina en general presentó un panorama de mejor manejo de sus finanzas, mediante las exportaciones entre sus naciones, así como a países del continente asiático como China e India, dos naciones que a pesar de ser consideradas naciones en vía desarrollo responden por altos niveles de importación de productos básicos, siendo América Latina un importante proveedor de los mismos.
Según Perry, la crisis no afectó a estos países asiáticos, por lo que se mitigó el impacto. A su juicio, el país de la región más afectado con la crisis fue México, como consecuencia de sus naturales nexos económicos con Estados Unidos, aunque no tuvo una crisis financiera. Venezuela y Argentina también se vieron muy afectados, a diferencia de Colombia, que tuvo un comportamiento similar al de otros países como Perú, donde la crisis tuvo lugar pero no con consecuencias altamente negativas.
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