
Colombia no tiene por el momento grandes dificultades económicas como para tener que preocuparse por los efectos de la crisis financiera mundial. Con esta contundente afirmación, el ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, realizó un balance anticipado sobre la actual situación del país, sin detenerse a señalar los actuales riesgos y peligros que se ciernen sobre todo los mercados financieros del mundo.
Para la cartera de las finanzas, aunque el crecimiento de la economía se ha frenado por la poca demanda del consumo, durante este año las cosas no han ido tan mal. “Respecto a otros países, la situación económica del país es buena. Gran parte de esto se debe a que tenemos buenos ahorros para enfrentar la turbulencia internacional, que aunque debemos tener en cuenta, no debemos mirar mucho hacia ese problema, sino en continuar trabajando para disminuir los riesgos”, dice el funcionario.
Desde luego las afirmaciones del Ministro tienen el respaldo de varios elementos positivos que señaló durante una exposición en el Congreso Nacional de Infraestructura celebrado en Cartagena. Uno es que a pesar de tener una desaceleración de la economía, no hay una recesión evidente. Otro elemento es que el nivel de las exportaciones nacionales es uno de los mejores de los últimos años con un incremento que puede cerrar en 2008 en 30.000 millones de dólares.
Además, el país ha logrado pesificar el grueso de su deuda externa. Este es uno de los hechos más destacados, toda vez que el país se fortalece ante una eventual revaluación.
De acuerdo con Zuluaga, “Colombia también ha logrado anticiparse a una posible escasez de recursos en el exterior al asegurar la financiación de su inversión para el otro año, gracias a la confiabilidad y credibilidad de su economía con los organismos multilaterales”.
Con esta medida, para el otro año no habrá problemas de liquidez. Al mismo tiempo, se logró obtener el financiamiento para que las empresas exportadoras puedan acceder a líneas crediticias con Bancóldex para poder cumplir con sus compromisos de colocación de productos en el exterior.
Otro hecho importante señalado por el encargado de la cartera de las finanzas, tiene que ver con la situación del sector financiero, que según Zuluaga, “hoy está muy fortalecido con respecto a otros años. Eso le sirve a la economía ya que representa que las empresas, como todos los agentes de la economía, pueden utilizar con confianza el sistema para sus planes de inversión”.
Sin embargo, a pesar de estos buenos anuncios, hay otros indicadores que no son los mejores, pero que se pueden mejorar en el 2009. Uno de ellos es el incremento del desempleo que hoy ronda el 11 por ciento, pero que se puede reducir el otro año debido a la inversión en proyectos de infraestructura que generan mucho volumen de mano de obra.
Otro factor negativo fue el incremento de la inflación que desbordó todos los pronósticos y metas del costo de vida. Para este año el Índice de Precios al Consumidor puede finalizar en una cifra cercana al 8 por ciento, casi el doble de lo que se estableció en enero.
Por temor a los reclamos de los trabajadores y para no alterar los presupuestos de las empresas, el Gobierno se negó a modificar durante buena parte del año la meta de inflación, dejándole al Banco de la República esa responsabilidad. Solo hace unos pocos días tanto el ministro de Hacienda como los directivos del banco central indicaron que la inflación para este año estaría muy cercana al 7,5 por ciento y el viernes pasado la Junta Directiva del Emisor anunció que la meta para el 2009 tendrá una media del cinco por ciento, en un rango entre el 4,5 por ciento y el 5,5 por ciento.
Por otro lado, el Gobierno también cree que a pesar de la crisis de los mercados globales, Colombia saldrá más fortalecida, pero que tardará un tiempo prudencial para que se reflejen los resultados en los principales indicadores.
Contrariamente al optimismo del Ejecutivo, en uno de los últimos análisis económicos del Grupo Bancolombia se destaca que “el momento de mayor debilidad para el crecimiento colombiano estará terminando este año y comenzando el entrante, cuando el frente interno, que ha venido afectando la demanda interna, y el frente externo, que venía aportando una balanza comercial superavitaria, se junten afectando el Producto Interno Bruto en ese lapso de tiempo”.
Manifiestan los analistas que “sin embargo, la demanda interna debe reaccionar después de marzo por el mejor desempeño del ingreso disponible de los hogares, ganando tracción por mayor liquidez y por las menores tasas de interés de corto plazo durante 2009. Es por tanto previsible que la economía termine el 2008 creciendo por debajo o cerca del 3,5 por ciento”.
Este Grupo pronostica que el panorama para el 2009 no necesariamente indica una mayor desaceleración, pero para evitarla el reto estará centrado en que no se presente una disminución de las exportaciones, si bien las mismas no aportarán mayor potencia al crecimiento del país el año entrante.
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