sábado, 7 de abril de 2012

San Miguel multiplicará el café en Norte de Santander



La mirada de Mariangel Peña refleja la paz y la tranquilidad que se vive en la finca San Miguel, ubicada al occidente de Arboledas. Nació hace seis meses y aunque todavía no pueda siquiera pronunciar una palabra, su rostro muestra la felicidad de tener en el patio de casa decenas de hectáreas de café.

Al igual que Mariangel, ocho niños más juegan entre las cerca de 240 hectáreas de tierra que la firma manizalita Acceso Café concedió a 15 campesinos de Sardinata, Cucutilla, Salazar y Lourdes, para que cultivaran café en variedad castillo.

“Se podría decir que ella es el fruto no solo del amor de sus padres Nelson Peña y Claudia Velazco, sino del anhelo de esta pareja por mejorar su calidad de vida en medio de extensas plantaciones de café”, señala Argemiro Rincón Flores.

Él es uno de los 15 agricultores que se instalaron desde el 1 de enero de 2009 en la finca San Miguel, fecha en la que se inició el proyecto de renovación de cultivos en Norte de Santander, liderado por la Federación Nacional de Cafeteros. Los labriegos se vincularon con sus esposas y hoy viven en pequeñas cabañas en este predio.

En 54 hectáreas de esta finca se encuentran sembradas semillas de café castillo, de las cuales 30 han resultado ser las más productivas debido a su ubicación geográfica. Este tipo de semilla la propuso la Federación, debido a que es la más resistente a enfermedades desatadas por la lluvia, como la roya y busca ser la solución de la baja producción del grano que tuvo el departamento el año pasado.

De las 33.000 hectáreas sembradas de café que hay en el departamento, 14.000 hectáreas son de variedad castilla y las 19.000 restante son de variedades caturra y típica.


PRODUCCIÓN

Entre octubre y diciembre de 2011, los 15 cafeteros recogieron la primera cosecha, la cual generó 11 cargas por hectárea (1.375 kilos por hectárea), para un total de 15.000 kilos en toda la extensión sembrada.

Esta extensión es la finca modelo, en donde se han logrado tecnificar los cultivos, aumentando la productividad de la mata de café. Según estiman los cultivadores, una finca con variedades envejecidas recolectan 3 cargas de café por hectárea y los cultivos renovados alcanzan cerca de 15 cargas por hectárea.

La meta de estos cafeteros es llegar a 30 cargas por hectárea, con lo que los ingresos serían mayores con menos costos.

Argemiro estimó además que la renovación de una hectárea de café podría durar cerca de tres años, pero que se podría ir dando de manera gradualmente hasta lograr la garantía de tener cafetales casi que blindados para la roya.


EL PROYECTO

El 3 de enero de 2009, 15 jóvenes, de los 45 que había elegido la Federación Nacional de Cafeteros para que se vincularan al proyecto ‘Modelos Innovadores de Jóvenes Caficultores’, que busca promover el relevo generacional y el emprendimiento mediante el acceso a la tierra y demás factores productivos de jóvenes agricultores e impulsar la producción de café.

En Norte de Santander, la iniciativa se cristalizó en la finca San Miguel, ubicada en Arboledas. El predio fue comprado por una empresa del gremio cafetero llamada Acceso Café que al cabo de unos años venderá las tierras a estos jóvenes.

En estos momentos, los cafeteros están iniciando los procesos para poder adquirir las tierras. Los labriegos dividieron en siete partes las 240 hectáreas. Allí, 30 hectáreas podrían costar $111 millones.

En agosto de 2011, lograron la certificación de la semilla, con lo que garantizaron la venta del producto a la Cooperativa Catatumbo y la Federación Nacional de Cafeteros. Las entidades están comprando el kilo de café a $12.000.

Argemiro antes de vincularse a la iniciativa de la Federación, ganaba mensualmente $150.000 y asegura que en los últimos meses sus ingresos han promediado los $600.000, con lo que ha logrado mejorar su calidad de vida.


PEQUEÑOS INCONVENIENTES

A pesar de que los cafetales renovados son más productivos que de las demás variedades, en San Miguel tuvieron inconvenientes con cerca de 14 hectáreas que fueron sembradas en alturas superiores a los 1.900 metros.

Allí han tenido una menor producción, por lo que han preferido sembrar en zonas de inferior altitud.


AUTOSUFICIENTES

En San Miguel, no solo están sembrando café, la fertilidad de estas tierras les ha dado para sembrar platano, yuca, cebolla, habichuela, repollo, zanahoria y cilantro, que les ha servido para el consumo y venta en el casco urbano de Arboledas.

Los productos de higiene son los únicos que compran en el pueblo, pues allí la naturaleza prácticamente les da de comer.


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