
A escasos 40 días de las elecciones por la Presidencia de la República, el desarrollo de las campañas políticas de los distintos candidatos no ha logrado sacudir el comportamiento de la economía. Tanto el rumbo de la inflación, como del crecimiento, las tasas de interés y hasta de la tasa de cambio, han seguido su camino normal, como si el país no estuviera a punto de elegir un nuevo presidente.
Más bien algunas variables como inflación, han presentado un resultado que generalmente son impactadas por el clima, la producción de alimentos y la demanda de productos por parte de los consumidores.
De la misma forma, el rubro de las tasas de interés ha estado afectado por las decisiones del Banco de la República con una política monetaria más laxa, lo que ha permitido que tanto el sistema financiero como otras entidades puedan ofrecer a sus clientes créditos menos costosos.
Con respecto a la tasa de cambio, esta variable ha estado dentro de una reevaluación influenciada por la entrada de dólares producto de la inversión extranjera, pero también de lo que ocurre en los mercados financieros en el mundo, “pero en ningún momento su cotización diaria ha estado motivada por propuestas o declaraciones de los candidatos que en este momento se encuentran en plena campaña por la Presidencia”, como lo sostuvo el analista financiero de la firma Gesvalores, Gerardo Rojas.
Por su parte el investigador de la Universidad Nacional, Bernardo Ramírez, señaló que “más bien, la falta de propuestas concretas sobre el manejo de la económico del país y reformas concretas sobre aspectos fundamentales de la población como la reestructuración del sector de la salud, la construcción de vivienda o los subsidios, así como la generación de empleo, han pasado desapercibidas para la gente, que no ven amenazas o modificaciones sustanciales en su forma de vivir si llega a la presidencia alguno de los candidatos que se disputan la presidencia”.
Las decisiones
Por otra parte, una de las medidas jurídicas que los mercados y la economía esperaban con ansiedad, era la decisión de la Corte Constitucional sobre el referendo que permitiría al presidente Álvaro Uribe acceder a una segunda reelección.
Cuando el máximo tribunal decidió tumbar el referendo, al comienzo se generó ruido en los operadores del mercado financiero, pero con el paso de los días todo recobró su rumbo total, como lo expuso el analista de Profesionales de Bolsa, Daniel Lozano.
“Con el pronunciamiento desfavorable del referendo por parte de la corte constitucional, inicialmente se presentó una toma de utilidades de deuda pública, pero esto generó menor incertidumbre en los operadores bursátiles”, indicó.
Resaltó el investigador que como efecto de corto plazo, con el proceso de elecciones no hay claridad sobre el ganador y esto puede generar nerviosismo en el mercado, pero hasta el momento la economía permanece en calma.
Sin embargo, para otros analistas, es incomprensible que el debate político cuando se está decidiendo el futuro político del país, no se esté hablando de déficit fiscal, inflación y sobre expectativas de acciones de política monetaria.
Para Lozano, hasta el momento los hechos políticos apenas han motivado una volatilidad en los Títulos de Tesorería, TES y un posible sesgo hacia la desvalorización de dichos instrumentos. Sin embargo una vez pase el periodo de elecciones, puede haber movimientos laterales con volatilidades originadas por temas de coyuntura externa, inflación, expectativa por tasas de interés y déficit fiscal.
Sin duda el tedio del debate electoral, mantiene a los principales indicadores más pendientes de lo que sucede en el mundo. “Una muestra de esto es que mientras en Estados Unidos los resultados de producción y desempleo, afectan e inciden en el comportamiento de los mercados a nivel mundial –y Colombia no es la excepción-, aquí los agentes económicos son indiferentes a las acusaciones y peleas de los candidatos”, sostiene Gerardo Rojas.
Un elemento que se debe tener en cuenta, es lo que sucede en los distintos foros económicos donde se analiza la situación de la economía.
En dichos eventos, algunos investigadores han manifestado que muchos inversionistas han preferido esperar un tiempo prudencial hasta después de las elecciones, para tomar decisiones de inversión con la certeza de saber quién es el nuevo presidente y de qué forma sus planteamientos pueden incidir en el manejo económico del país.
“Estos hechos son normales en Colombia, ya que aquí se requiere que se presente un verdadero terremoto para mover la economía. Por tradición, los indicadores no cambian al ritmo de la política sino reaccionan a decisiones trascendentales como el manejo de mercados. De allí que no me sorprende que en estos momentos todo esté en calma”, manifestó Bernardo Ramírez.
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