
Cuando la semana pasada el Banco de la República comenzó a comprar 20 millones de dólares para cambiar la tendencia a la baja del dólar, se creyó que desde ese día iba a cambiar la tendencia de la tasa de cambio. Sin embargo, una semana después la revaluación del peso sigue impactando en los mercados, sobre todo a los exportadores.
Hoy todos los sectores se preguntan qué hacer con el dólar, pero también qué medidas complementarias podrá tomar el Emisor, si la compra de la divisa resultó insuficiente para un mercado local en el que se transan en promedio 1.000 millones de dólares.
Según el analista Daniel Lozano de Profesionales de Bolsa, “en los momentos iniciales luego de la decisión del Banco de la República, los mercados locales reaccionaron con vehemencia y el tipo de cambio buscó un máximo de 1.941 pesos. Sin embargo, luego de la sobre reacción de los especuladores, implicó una nueva devaluación generalizada del dólar que generó que el tipo de cambio buscara un mínimo en los 1.892 pesos”.
Sostienen los analistas que el mercado ha identificado que el Banco realiza una compra por medio de subasta diaria y por ende una vez finaliza la subasta, los participantes del mercado han salido a tomar posiciones en corto mitigando la injerencia del Banco Central en la formación de precios.
Bajo esta coyuntura negociaron en promedio 1.120 millones de dólares a través del sistema transaccional en línea y el tipo de cambio osciló entre 1.892 pesos y 1.941 pesos.
Según Lozano, “el movimiento bajista del tipo de cambio ha sido excesivo sin desconocer el sesgo revaluacionista del mercado. De hecho creemos que el sector cambiario no ha incorporado el periodo electoral que continúa teniendo el país, una vez ejecutado el fallo de la Corte Constitucional.
Adicionalmente consideramos que el peso colombiano se encuentra con una revaluación descontextualizada del panorama internacional y por ende debería tener un ajuste”.
Esta misma opinión es compartida por los especialistas del Bancolombia, para quienes “la fortaleza del peso colombiano frente al dólar, por encima del euro y sobre todo de otras monedas de Latinoamérica, está en contravía de los fundamentales”.
Sin duda este es el resultado de las diferencias de Colombia con otros países en el desempeño del crecimiento, la producción, la dinámica industrial, el nivel de inversión productiva, la creación de empleo y la recuperación del consumo, junto al pobre desempeño de las exportaciones no tradicionales por Venezuela, que justificaban nuestra posición.
El golpe de Venezuela sobre la industria y la necesidad de abrir nuevos mercados confirmaban una visión fundamental menos optimista.
Otro elemento que también ha influido en el comportamiento de la tasa de cambio es el incremento de la oferta de dólares provenientes de la inversión extranjera directa para el desarrollo y el crecimiento de las actividades tradicionales y de materias primas.
Pero, entonces, ¿qué explica la apreciación del peso colombiano? De acuerdo al Bancolombia, la razón está en los flujos públicos principalmente.
Los datos conocidos hasta el momento sugieren que la demanda privada de dólares supera la oferta, dejando un déficit de 403 millones de dólares en el mercado. Ello no es muy coherente con una apreciación de 7 por ciento del peso en el 2010.
Las cuentas públicas sugieren que la oferta neta de dólares oficiales, que no obedece principalmente a deuda, sino al reintegro de recursos del exterior de Ecopetrol, es de 640 millones de dólares. Ello es coherente, al terminar sobreofertados en casi 240 millones, con una fortaleza del peso, aunque quedan dudas si es un motivo suficiente como para explicar un 7 por ciento de apreciación.
En ese sentido, parece que la magnitud la explican más las expectativas del mercado y que por ello el Banco de la República ha salido a demandar 400 millones de dólares mensuales, superando la sobreoferta. Es decir, pretendiendo dejar al mercado sobredemandado en 162 millones de dólares.
El problema es que si se cumplen los flujos esperados por el Grupo Bancolombia, la presión bajista deberá continuar. Hasta ahora no se han visto ni los flujos de Inversión Extranjera Directa, IED, ni de deuda externa privada que esperan los expertos.
Por ello, si la intervención cambiaria se esteriliza vendiendo TES hay que esperar que más adelante dicho flujo sea mayor, sobre todo por flujos de portafolio, tanto por reintegro de la inversión colombiana en el exterior como de la inversión externa.
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