
Debido al profundo bajonazo de la industria, al incremento del desempleo y a la caída de la inflación en febrero, la Junta Directiva del Banco de la República decidió reducir un punto porcentual las tasas de interés, y dejarlas en 7 por ciento. Según el Emisor, esta determinación busca aligerar el costo del dinero para los colombianos, pero sobre todo mejorar la demanda y el consumo, dos rubros que se deben recuperar o por lo menos contribuir a detener la desaceleración del crecimiento.
Un elemento adicional que a última hora impulsó la decisión de los codirectores de la institución, fue el mal resultado de la industria durante el primer mes de este año, en que la producción y las ventas cayeron 10,7 por ciento y 10,3 por ciento y el empleo se redujo en 6 por ciento. Con este resultado, en los últimos doce meses la producción real de la industria manufacturera se contrajo 4,8 por ciento, las ventas 4,9 por ciento y el empleo 1,9 por ciento.
Otra de las razones que tuvo en cuenta el Banco Central es que el comportamiento de la inflación de febrero continuó bajando, al registrar un índice de 0,84 por ciento, inferior en -0,67 al del mismo mes de 2008, cuando llegó a 1,51 por ciento. Aunque en los últimos doce meses el Índice de Precios al Consumidor, IPC, presentó una variación de 6,47 por ciento, superando la meta del 5 por ciento establecida por el Banco, la tendencia es que continuará cayendo en los próximos meses.
Desde diciembre del año pasado, el Emisor cambió de rumbo la tasa de intervención que traslada al sistema financiero, cuando los intereses alcanzaron un tope del 10 por ciento. En diciembre pasado la redujo en 0,50 por ciento y luego en enero y febrero en 0,50 por ciento, uno por ciento a finales de febrero y ahora otro punto porcentual hasta colocarla en 7 por ciento.
Esta determinación de la Junta, de darle una mayor velocidad a la expansión monetaria, se pone a tono con las políticas que actualmente vienen impulsando los bancos centrales de la región, principalmente los de Chile, Brasil y México, recortando las tasas de interés.
Cambiando el rumbo
El Banco de la República fue el primero que en abril de 2006 inició la normalización de la política monetaria después de un ciclo expansivo y en diciembre de 2008 decidió iniciar su normalización en un ciclo restrictivo.
De acuerdo con un analista, “el Banco de la República es amigo de la estabilidad de su política y no gusta de ir con los vaivenes que a veces presenta cada coyuntura. Entiende lo importante que es la estabilidad y por tanto la gradualidad de su política, pero al interior de la Junta deben estarse cuestionando si su ciclo de incrementos de tasas no fue uno de los más prolongados de la región y si debe considerar la respuesta global tan agresiva que están haciendo los demás bancos centrales, ante un diagnóstico consensuado de los riesgos que enfrentan todos los países en los próximos 24 meses”.
Al conocer la determinación del Banco Central, el ministro de Hacienda Oscar Iván Zuluaga dijo que “es una actitud positiva, ya que una mayor elasticidad de la política monetaria le permitirá a la economía elevar el consumo mediante un mejor acceso al crédito tanto personal como el de las empresas”.
Al argumentar el recorte de las tasas, la Junta Directiva dijo que “la disminución de la inflación y las expectativas ratifican que la debilidad de la demanda interna y externa, y la caída en los precios internacionales de los productos básicos, se están reflejando en menores presiones inflacionarias. De allí que la Junta tiene ahora una mayor confianza en que la inflación anual continuará cayendo en los meses siguientes y terminará 2009 en el rango meta”.
Los directivos tuvieron en cuenta que la economía mundial continúa mostrando un panorama negativo.
Durante el mes, organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial proyectaron crecimientos negativos en 2009. Esta caída ha llevado a que en América Latina se presente una fuerte desaceleración en el crecimiento económico y a que muchos bancos centrales reduzcan sus tasas de referencia. La devaluación de las monedas de la región registrada entre enero y febrero se corrigió en marzo, especialmente en Colombia, en donde la reciente devaluación del peso había sido mayor que la observada en otros países.
La economía colombiana ha mostrado mayor resistencia a la crisis mundial pese a la caída de la demanda externa que se refleja en una menor dinámica de las exportaciones y en el consecuente debilitamiento del crecimiento. Los últimos datos de la industria y el comercio señalan caídas fuertes. En estas condiciones, y teniendo en cuenta el bajo nivel de capacidad utilizada, es de esperar que la inflación en el país siga cayendo.
Emisor reclama reservas embolatadas en NY
El Banco de la República anunció ayer que demandará el Bank of New York Mellon y sus empresas afiliadas por la pérdida de 20 millones de dólares de sus reservas internacionales que estaban depositadas en esa entidad. Ayer el Emisor comunicó que desde el pasado 16 de diciembre, el Banco registró una pérdida por US$20 millones, producto de una inversión en SIGMA FINANCE INC que resultó impagada y que había sido realizada por el Bank of New York Mellon dentro del Programa de Préstamo de Títulos. El Banco de la República adelantó desde el mes de diciembre una evaluación sobre las condiciones en las que se realizó la citada inversión, así como del seguimiento a la misma por parte del Bank of New York Mellon. Para ello contrató a una firma norteamericana de consultoría financiera especializada y a la firma de abogados norteamericana Crowell & Moring. Asimismo, el Emisor encomendó a la firma consultora y a los abogados externos, realizar una revisión integral de las circunstancias que llevaron a la pérdida, de la gestión realizada por el Bank of New York y de la posible responsabilidad de esa entidad bancaria. Esta revisión, que concluyó el pasado viernes 13 de marzo, mostró elementos suficientes para que el Banco de la República solicitara el reembolso de los recursos producto de la inversión impagada por SIGMA, lo cual se hizo el día 16 del mismo mes. Sin embargo, el Bank of New York Mellon desestimó la petición. En vista de ello la entidad tomó la decisión de iniciar una acción legal en los Estados Unidos contra el Bank of New York Mellon y sus empresas afiliadas, con el fin de recuperar el valor de la inversión.
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