
Sostiene la entidad de investigación que así como no es sensato que la negociación, firma y ratificación de un acuerdo comercial quede supeditada a intereses sectoriales específicos, “tampoco encontramos razonable ni sostenible fiscalmente que a sectores, que se espera sean afectados adversamente, se les ofrezcan subsidios por un período indefinido, con lo cual difícilmente se mandarían las señales apropiadas para estimular las reconversiones que resultan necesarias para que el sector sea viable en el nuevo contexto de mayor apertura comercial”.
Asegura el informe de Fedesarrollo, que en cuanto a la duración de las ayudas, se deber tener en cuenta que la reconversión competitiva de cualquier sector con verdadero potencial, debe darse en un plazo razonablemente corto y el monto de estos programas debe circunscribirse a las restricciones presupuestales del país.
“Sobre este particular, trátese del sector de lácteos o de cualquier otro que pueda resultar adversamente afectado con la firma de acuerdos comerciales con otros países o regiones, el Gobierno debe dar señales precisas a los involucrados en el sentido de que los programas de apoyo van a ser temporales. Es necesario acotar desde cuándo se hacen efectivas las ayudas, por cuánto tiempo y los montos de las mismas”, indica el análisis.
Asimismo, la entidad recomienda al Gobierno que los mecanismos de compensación deben quedar supeditados a que el tratado entre en vigencia.
Al respecto pone de ejemplo lo que sucedió con Agro Ingreso Seguro, el programa que se implementó a partir de abril de 2007 (Ley 1133) y se financia anualmente con 500 mil millones de pesos del presupuesto de la Nación, y cuyo objetivo era preparar al campo para competir en mejores condiciones con los productos agrícolas estadounidenses una vez entrara en vigencia el TLC con ese país. Sin embargo, hoy dicho acuerdo, no está vigente.
Explican los investigadores en su informe, que el cierre de la negociación del TLC con la UE suscitó controversia en el sector lechero en virtud a que la producción nacional de lácteos podría estar en desventaja frente a la de los países europeos, en gran medida debido a los subsidios que dicho sector recibe al interior de la UE. “La respuesta del gobierno colombiano ante esta situación ha sido la correcta, comprometiéndose con un conjunto de medidas cuyo objetivo es la paulatina apertura del sector para aminorar los costos de transición que pueda generar el acuerdo”, señala Fedesarrollo.
En el análisis se indica que el acuerdo dispone de un plazo de desgravación de productos lácteos de 17 años y la Comisión Europea se compromete a destinar en un periodo de siete años hasta 30 millones de euros para mejorar la competitividad y las condiciones de producción del sector lácteo en Colombia.
Adicionalmente, la UE adquiere el compromiso de eliminar los subsidios a las exportaciones para estos productos y el Gobierno elaborará un documento Conpes en el que se precisarán programas que respalden esta actividad económica.
Ante esta situación, la entidad dice que “es importante reconocer que en todo proceso de reforma económica, incluida la suscripción de acuerdos comerciales y la subyacente liberalización comercial, hay ganadores y perdedores y que lo que justifica la reforma es que, en el agregado, las ganancias son superiores a las pérdidas”.
Asegura el informe que cuando en el agregado las ganancias son positivas, tiene sentido que en alguna medida y durante un período, se compense parcialmente a los perdedores. “Lo que evidentemente carece de sentido es pretender que en un tratado comercial, todos los sectores salgan ganando”, asegura el estudio.
De allí que es deseable que en el transcurso de la negociación se identifiquen los sectores más vulnerables a la liberalización de manera que se diseñen esquemas de compensación adecuados.
Estos últimos pueden incluir el desmonte transitorio de aranceles, acompañado de programas temporales que financien la modernización tecnológica para facilitar a dichos sectores mejorar su competitividad.
De cualquier manera, señala Fedesarrollo, “es importante resaltar que la política de subsidios y apoyos no se puede concentrar únicamente en los sectores que estén destinados a verse adversamente afectados por el tratado comercial, sino que además debe contemplar a aquellos sectores emergentes que tienen un verdadero potencial competitivo en virtud a la entrada en vigencia del acuerdo”.
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