viernes, 21 de noviembre de 2008

El país quedaría “sepultado” por falta de infraestructura


Durante el Congreso Nacional que se realiza en Cartagena, quedó al descubierto el atraso que tiene Colombia en materia de vías, puertos y aeropuertos

Si Colombia no mejora su desarrollo en obras de infraestructura, quedará como el país más atrasado de América Latina en los próximos diez años, pero lo peor de todo es que sería "sepultado" de llegar en dos años todo el comercio proveniente del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. De allí la urgencia de emprender proyectos intensivos de vías, puertos, aeropuertos, servicios, agua potable y saneamiento básico para poder enfrentar con éxito los retos que exige la competitividad en el corto y mediano plazo.

Estos planteamientos fueron hechos durante la inauguración en Cartagena del Congreso Nacional de la Infraestructura. Casi con angustia, varios expositores sostuvieron que Colombia es la esquina del mundo pero ha desaprovechado la oportunidad; en cambio, los países asiáticos sí lo han hecho y hoy invaden al mundo con su desarrollo. Este rezago histórico de la infraestructura nacional no ha surgido de manera espontánea, pero ha quedado reflejado ante la falta de planeación, logística y transparencia en la contratación y adjudicación de licitaciones, que en los últimos años ha caracterizado el manejo de las obras de todos los sectores en el país.

En este evento, organizado por la Cámara Colombiana de la Infraestructura, CCI, la preocupación de las empresas constructoras, inversionistas privados y proveedores, ha evidenciado un ligero optimismo ante lo que se viene encima en materia de obras, pero sobre todo en el cambio de rumbo que se le puede dar al manejo de este sector clave para la modernidad del país.

En su intervención de instalación, el presidente Álvaro Uribe sostuvo que actualmente la infraestructura del país enfrenta un duro reto, pero a la vez, el gobierno está comprometido en impulsar los grandes proyectos para darle una mayor competitividad al comercio nacional e internacional: “El país no debe quedar aislado del mundo y para ello vamos a dar una mayor transparencia a la contratación y ejecución de las obras, para que tanto el gobierno como el contratista afronten cada responsabilidad. Para eso estamos construyendo confianza en la inversión social”.

En este sentido, el ministro de Hacienda Oscar Iván Zuluaga garantizó para el año entrante recursos por 3,5 billones de pesos en proyectos de infraestructura que con seguridad serán distribuidos en obras como el túnel de La Línea, la doble calzada entre Bogotá y Girardot, así como el impulso a la construcción de puertos y el mejoramiento de aeropuertos intermedios.

“Para el Gobierno es crucial impulsar el manejo en materia de infraestructura, con programas más ambiciosos, para asegurar los recursos y reactivar la competitividad del país. Por eso hemos podido consolidar el fondo de infraestructura para Colombia con la Corporación Andina de Fomento, CAF, y el Banco Interamericano de Desarrollo, BID”, indicó el encargado de las finanzas.

De la misma manera, el funcionario recalcó que “en este acuerdo vamos a incentivar la participación de los fondos de pensiones, las compañías de seguros y los inversionistas privados, para que el país esté incorporado a los grandes proyectos de infraestructura, además para asegurar su cierre financiero y ser ejecutados. Si bien el momento es difícil, tenemos que preservar lo que hemos logrado. Tenemos que seguir invirtiendo en creer en el país”.

Por su parte, el ex ministro Juan Martín Caicedo Ferrer, Presidente Ejecutivo de la CCI, en su intervención sostuvo que “los logros en seguridad y la dinámica inversionista son hoy activos fundamentales. En los reportes del Doing Business del Banco Mundial, Colombia denota especial coherencia y buenas calificaciones con relación a los pasos dados para atraer la inversión”.

Caicedo Ferrer, aunque señaló los evidentes atrasos en algunos proyectos, resaltó los logros como el desarrollo de los sistemas de transporte masivo en ocho ciudades. La inversión total para estas obras asciende a más de ocho millones de pesos mediante la construcción de 308 kilómetros de carriles, más de dos millones de metros cuadrados de espacio público recuperado y la generación de 135.000 empleos.

“Pero igualmente ha sido acertada la búsqueda de mejoras en la eficiencia de los aeropuertos a través de las concesiones de Eldorado y de los seis terminales aéreos del centro-norte. Sin embargo es evidente que los puertos marítimos deberán contar con nuevas decisiones estratégicas para evitar su pérdida de competitividad en medio de las portentosas inversiones previstas en el Canal de Panamá y en los puertos del Caribe”.

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